Quito celebró sus 491 años entre solemnidad, música y tensiones políticas en el Teatro Sucre
La sesión solemne estuvo marcada por ovaciones al alcalde, silencio hacia la vicepresidenta y un discurso cargado de reclamos al Gobierno central. Crónica de una sesión solemne distinta.
El Teatro Nacional Sucre lucía impecable desde antes de las 16:00 de este sábado 6 de diciembre de 2025, para la sesión solemne del Concejo Metropolitano de Quito. Personal del Cuerpo de Agentes de Control se ubicó en los accesos para dar la bienvenida a los invitados, quienes ingresaban entre saludos formales, vestimenta de gala y un ambiente propio de las conmemoraciones capitalinas.




Los asientos del parterre se llenaron con rapidez y, poco después, también los palcos del histórico edificio. Entre los presentes destacaban el arzobispo de Quito, monseñor Alfredo Espinoza; la prefecta de Pichincha, Paola Pabón; y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez.
De los homenajes a la memoria de la ciudad
La sesión inició con un minuto de silencio en honor a Sebastián Náder, gerente de la Empresa Municipal de Servicios Aeroportuarios (EMSA), fallecido el 3 de diciembre.

Verificado el quórum, el Concejo Metropolitano instaló la sesión extraordinaria. El concejal Diego Garrido presentó una reseña histórica por los 491 años de fundación de Quito, en la que apeló a la necesidad de recuperar la movilidad, fortalecer la seguridad y reactivar la economía de la ciudad.
La ceremonia avanzó con la intervención del coro infantil del Teatro Sucre y la entrega de condecoraciones a personalidades, instituciones y figuras homenajeadas en vida y de manera póstuma.
Un teatro convertido en escenario musical

El homenaje a la ciudad incluyó un saludo enviado en video por la UNESCO, que recordó que Quito fue la primera ciudad del mundo inscrita como Patrimonio Cultural de la Humanidad y destacó su centro histórico como uno de los mejor conservados del continente.
Luego, la programación tomó un giro inesperado: un músico ingresó por el pasillo central con una guitarra, seguido por voces que emergieron desde los distintos palcos. Era el Coro Mixto Ciudad de Quito, que interpretó pasillos y sanjuanitos como El Santo de Quintana y Figura Popular, para despedirse con El Chulla Quiteño, coreada por buena parte de los asistentes.
El reclamo político del alcalde
El momento central llegó con el discurso del alcalde Pabel Muñoz. Apenas iniciaba su intervención, mientras denunciaba un “ataque directo” desde el Gobierno central, un arreglo floral cayó del borde del escenario, justo donde se encontraba el alcalde. El detalle no pasó desapercibido entre murmullos.
Muñoz afirmó que “no ha sido un año normal”, sino uno marcado por “ataques burdos” y un “uso político de las instituciones” que —según dijo— han afectado la gestión municipal.

Señaló una deuda de USD 187 millones del Gobierno, retrasos en transferencias, trabas para la extensión del Metro, la compra de implementos para la Policía Metropolitana y la aprobación de alianzas público–privadas.
También criticó la eliminación de la tasa de recolección de basura de la planilla eléctrica, la falta de policías para las UPC rehabilitadas por el Municipio y la falta de coordinación en la emergencia del agua por el daño en la tubería La Mica–El Troje. Además, denunció una “persecución política” expresada en intentos de revocatoria y acusaciones infundadas.